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abril
Título original: Los peces rojos
Año: 1955
Duración: 93 min
País: España
Dirección: José Antonio Nieves Conde
Guión: Carlos Blanco
Música: Miguel Asins Arbó
Fotografía: Francisco Sempere (B&W)
Reparto: Emma Penella, Arturo de Córdova, Pilar Soler, Manuel de Juan, Félix Dafauce, Félix Acaso, Montserrat Blanch, Julio Gorostegui, María Rivas, Ángel Álvarez, Luis Roses
Sinopsis: Una noche de tormenta, Hugo e Ivón llegan a un hotel de Gijón acompañados del hijo del primero. Salen a ver el mar embravecido y poco después Ivón regresa pidiendo socorro porque el muchacho ha sido arrastrado por el mar. Como el cadáver no aparece, un comisario se hace cargo del caso.
RESEÑA DE LA PELÍCULA (Rapaz)
«LA INVENCIÓN DE HUGO”
Película dirigida en 1955 por José Antonio Nieves Conde sobre un guion de Carlos Blanco. Nieves Conde es uno de los directores “malditos” del cine español. Teniendo un gran talento para la puesta en escena y la narración visual, su carrera se vio truncada por no encajar en el contexto del franquismo, pues sus posiciones políticas (falangista), fueron perdiendo poder con el paso de los años y a eso se le debe unir que la censura nunca le perdonó la cruda imagen del Madrid popular que mostró en su obra maestra “Surcos” (1951).
“Los peces rojos” es una pura muestra de cine negro, que utiliza todos los códigos propios del género, y construida desde un magnífico guion. Un guion lleno de sorpresas y giros, del que podemos decir que es una revisión del mito de Frankenstein (un creador atrapado por su propia obra). El hecho de que el protagonista sea un escritor permite al director desarrollar una reflexión sobre el arte y su relación con la realidad. En una de las escenas, el protagonista expresa su necesidad de modificar la realidad desde la narración para hacerla más divertida, en contraposición a lo expuesto por el director en la citada “Surcos”, un film claramente neorrealista.
Aunque con menor carga social, también nos muestra el Madrid de la época, esta vez un Madrid más poético, menos sucio, más silencioso y con menos gente.
Nieves Conde escoge a la perfección cuando cerrar cada plano, asfixiando a los protagonistas en la espiral que se ha ido tejiendo, y cuando dejarlos respirar, demostrando una gran maestría en la composición de escenas y el uso de la profundidad de campo. Aprovecha magníficamente las empinadas calles de un lluvioso Gijón y el solitario Madrid nocturno para mostrarnos la España de la época mediante unas imágenes muy potentes. A destacar también los decorados de Gil Parrondo en una de sus primeras películas.
Esta intrigante película pone de manifiesto la calidad interpretativa de dos inconmensurables actores, como son Emma Penella y Arturo de Córdova, dando vida a dos perfiles psicológicos perfectamente dibujados en la historia que representan la imaginación contra el pragmatismo.
El discutido final de la película (con moraleja incluida), se debe otra vez a la labor de la censura, que obligó al guionista Carlos Blanco a cambiarlo. El final original se puede ver en el prescindible remake que dirigió en 2003 Antonio Giménez Rico “Hotel Danubio”.
Les invitamos a disfrutar de esta magnífica película, injustamente olvidada, que podría haber firmado el mismo Alfred Hitchcock. Un film que mantiene la tensión de principio a fin, gracias a un ritmo perfecto, una gran agilidad narrativa, un perfecto uso de los recursos naturales (lluvia, aire, mar) y una fotografía y puesta en escena magistral. Cine español a reivindicar.
RAPAZ