21
diciembre
Título original: Little Women
Año: 1949
Duración: 121 min
País: Estados Unidos
Dirección: Mervyn LeRoy
Guión: Victor Heerman, Sarah Y. Mason, Andrew Solt. Novela: Louisa May Alcott
Música: Adolph Deutsch
Fotografía: Robert H. Planck, Charles Edgar Schoenbaum
Reparto: June Allyson, Elizabeth Taylor, Peter Lawford, Janet Leigh, Margaret O’Brien, Mary Astor, Lucile Watson, C. Aubrey Smith, Leon Ames, Rossano Brazzi.
Sinopsis:
Durante la Guerra de Secesión, cuatro hermanas han de pasar de la adolescencia a la madurez bajo la escasez del dinero, la ausencia paterna, pues se encuentra en el frente como médico, pero junto a su madre y la vieja Ana vivirán unidas y felices, sobre todo cuando conocen al joven Laurie. Juntas conseguirán vencer sus defectos a través de lecciones que deben aprender por el camino más duro. Convirtiéndose así en todas unas mujercitas.
RESEÑA DE LA PELÍCULA: «NAVIDADES EN TECHNICOLOR» (Rapaz)
Película dirigida y producida en 1949 por Mervyn Leroy (“El puente de Waterloo”, “Madame Curie”, “Quo vadis”, “Mala semilla”). El guion es de Sally Benson, Andrew Solt, Sarah J.Mason y Victor Heerman, adaptando la novela autobiográfica “Little women” (1868) de Louis Mary Alcott.
De las cinco adaptaciones cinematográficas de la novela, quizás la mejor para mí sea la que hizo George Cukor en blanco y negro en 1933 (con la divina Katherine Hepburn haciendo de Allyson) , pero a la que nada tiene que envidiar esta de Mervyn Leroy, una grandiosa producción de la Metro Goldwyn Mayer con un refulgente technicolor.
La Metro en aquella época se jactaba de contar con más estrellas que el firmamento, y así se rodeó para esta película de un reparto difícilmente superable. Las cuatro hermanas (Meg, Jo, Amy y Beth) fueron encarnadas por una preciosa Janet Leigh, June Allyson, Elizabeth Taylor y sus bellísimos ojos violetas, y por la niña prodigio Margaret O´Brien. Todas ellas están arropadas por unos actores secundarios magníficos, donde destaca una sobria y extraordinaria Mary Astor (la mala del “Halcón Maltés”) como la madre, Charles Aubrey Smith, la veterana Lucille Watson como la tía, Peter Lawford y un recién llegado a Hollywood Rossano Brazzi.
El director utiliza con sutileza las elipsis, notificando al espectador el paso del tiempo sin que se sienta que se ha perdido información en el camino.
Cabe destacar tanto el vestuario como los decorados y una dirección artística exquisita, obra de Cedric Gibbons por la que se llevó el Oscar.
La película es un certero y brillante análisis de la época (durante e inmediatamente después de la guerra de Secesión) a través de una prototípica familia cuya vida discurre entre Nueva Inglaterra y Nueva York. Con todo ello, no es de extrañar que este film siga funcionando como la película navideña perfecta, por los eternos valores familiares que representa, ligados a los avatares de la vida.
Como dice mi madre, es de esas películas que ya no se hacen. Recuerdo en mi infancia, que, en estas fechas navideñas, era raro que no televisaran “Mujercitas” o “Que bello es vivir”, una tradición que se ha ido perdiendo con el tiempo. Pero para eso estamos nosotros, para reivindicar ese tipo de cine, intimista, resplandeciente y deliciosamente sentimental. ¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!