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diciembre
Título original: Nanook of the Northaka
Año: 1922
Duración: 79 min
País: Estados Unidos
Dirección: Robert J. Flaherty
Guion: Robert J. Flaherty
Fotografía: Robert J. Flaherty (B&W)
Reparto: Documental
Sinopsis: El documental sigue la vida de un Inuk, Nanook, y su familia mientras viajan, buscan comida y comercian en la península de Ungava, en el norte de Quebec, Canadá. Nanook, su esposa Nyla y su familia son presentados como héroes intrépidos que soportan rigores que ninguna otra raza podría sobrevivir. El público ve a Nanook, a menudo con su familia, cazar una morsa, construir un iglú, continuar con su día y realizar otras tareas.
En el documental, Flaherty no muestra la vida de los esquimales tal y como la veía, sino que intentó mostrar como imaginaba su modus vivendi antes de ser invadidos por la cultura occidental ( Flaherty no era antropólogo). Según él, sus intenciones eran mostrar el antiguo carácter majestuoso de estas personas mientras ello aún fuera posible, antes de que el hombre blanco destruyera no sólo su cultura, sino también el pueblo mismo.
RESEÑA DE LA PELÍCULA – “ANTROPOLOGÍA BAJO CERO” (RAPAZ)
Película dirigida en 1922 por Robert Flaherty, pionero en el cine documental y tan importante en la evolución de este tipo de cine, como lo fue David W. Griffith en el cine de ficción.
La gran importancia de “Nanouk, el esquimal” dentro del cine documental en blanco y negro, reside en el tratamiento estético de la imagen, teniendo en cuenta los escasos recursos técnicos de la época. Tanto la calidad estética, como el lenguaje narrativo incorporado a la obra, influirán enormemente en futuros realizadores.
La genial fotografía de la película está basada en el contraste entre el hombre y la naturaleza. Flaherty hace un trabajo visual asombroso con el uso de la luz natural proveniente del hielo, siendo hasta ese momento la estética visual más dirigida a la ficción.
El film retrata la vida íntima de un grupo de esquimales y su lucha por sobrevivir en un medio hostil al norte de Canadá. Nanouk (oso), junto a su familia, será presentado en primer plano mirando a la cámara. La conducción del personaje como introducción será una forma de personalización narrativa, utilizada posteriormente por muchos otros documentalistas.
La cámara, al contrario de la inmovilidad de los primeros años, se desplaza combinando distintos tipos de planos, utilizando el director todo el potencial del lenguaje fílmico, proveniente del cine de ficción.
Los intertítulos dejan de ser meros separadores informativos, para ser escritos con un sentido poético. Y en cuanto al montaje, no se limita a pegar planos para dar continuidad, si no que los encadena con acertado lirismo, alternando momentos de esfuerzo y trabajo con otros de distensión y alegría.
No debemos olvidar que la finalidad del documental es instructiva y educativa, y en este caso lo logra de largo, invitando al espectador a hacerlo de la mano del director que se involucra en el film y consigue una mirada muy cercana a aquello que filma. De esta manera Flaherty logra que hablemos de la figura de autor. Siendo parte de lo que filma, las imágenes dejan de ser arbitrarias y pasan a tener una justificación, dejando atrás la figura de camarógrafo explorador o reportero, y dando lugar a la de documentalista.
Esta lucha entre el hombre y la naturaleza adversa, sería una constante en la obra de Flaherty, dando lugar a obras como “Moana” (1926), “El hombre de Arán” (1934) o “Louisiana Story” (1948).
Vamos a poder disfrutar de una obra de un inmenso valor histórico, elegida como el mejor documental de la historia en el festival de Manheim de 1964, por una gran cantidad de documentalistas.