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NOSFERATU

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1

noviembre

Detalle:

Entrada: 4€


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Título original: Nosferatu – Eine Symphonie des Grauens

Año: 1922

Duración: 91 min

País: Alemania

Dirección: F.W. Murnau

Guion: Henrik Galeen. Libro: Bram Stoker

Música: James Bernard, Hans Erdmann, Carlos U. Garza, (Película muda)ver 7 más

Fotografía: Fritz Arno Wagner (B&W)

Reparto: Max Schreck, Alexander Granach, Gustav von Wangenheim, Greta Schröeder, Georg H. Schnell, Ruth Landshoff, John Gottowt, Gustav Botz.

Sinopsis: Año 1838. En la ciudad de Wisborg viven felices el joven Hutter y su mujer Ellen, hasta que el oscuro agente inmobiliario Knock decide enviar a Hutter a Transilvania para cerrar un negocio con el conde Orlok. Se trata de la venta de una finca de Wisborg, que linda con la casa de Hutter. Durante el largo viaje, Hutter pernocta en una posada, donde ojea un viejo tratado sobre vampiros que encuentra en su habitación. Una vez en el castillo, es recibido por el siniestro conde. Al día siguiente, Hutter amanece con dos pequeñas marcas en el cuello, que interpreta como picaduras de mosquito. Una vez firmado el contrato, descubre que el conde es, en realidad, un vampiro. Al verle partir hacia su nuevo hogar, Hutter teme por Ellen.

RESEÑA DE LA PELÍCULA – “UNA SINFONÍA DEL HORROR” (RAPAZ)

Película dirigida en 1921 por Friedrich Willhelm Murnau, adaptando para el cine por primera vez la famosa obra “Drácula” de Bram Stoker. Lo hizo “clandestinamente” pues carecía de los derechos y el permiso de la familia del autor, que llegó a demandar a la productora. Fue la única producción de Prana Films, fundada en 1921 por Albin Grau, para producir films de temática sobrenatural y ocultismo. Albin fue también guionista del film y miembro de varias logias ocultistas. Debido a la demanda por plagio se quemaron casi todas las copias, aunque la rápida distribución de la película, se recuperaron algunas.

La película es un claro ejemplo de la corriente expresionista alemana, pero con matices. Aun siendo un film de contrastes y claroscuros, los decorados fueron diseñados de un modo más realista, alejándose de los ángulos imposibles del más puro expresionismo como los de “El gabinete del doctor Caligari” (1920) de Robert Wiene.

En “Nosferatu”, Murnau experimenta con un encuadre y una composición típicamente pictóricas. Bebe de las fuentes de la pintura romántica alemana (Friedrich, Carus, Kersting…).

La cámara de F.A.Wagner permanece intencionadamente fija en la mayoría de las secuencias, haciendo una magistral utilización del claroscuro y el sobre encuadre, haciendo que el cine se aleje del teatro para acercarse a la pintura. Así consigue que esos retratos aparentemente naturales generen en el espectador un desasosiego del que lograría con escenas de terror explícito.

Para este clásico del cine de terror, Murnau encargó la música a Hans Erdmann, compositor alemán con claras influencias de Richard Wagner y el romanticismo clásico, que desde la creación de Prana Films estaba al frente de la dirección artística.

Para evitar la demanda anteriormente citada, se cambió el nombre del conde Drácula por el de conde Orlock. Nosferatu tiene sombra, se refleja en el espejo, no se transforma en murciélago y presenta un aspecto de alimaña en un traje desprovisto de toda elegancia (todo lo contrario que Drácula).

Se usaron numerosos trucos efectistas, como el stop motion (trampilla del barco), efectos de negativo (caballos en el bosque) y alguna cámara rápida para conseguir escenas inquietantes (hoy en día lo asociamos a la comedia y podría provocar el efecto contrario).

El actor que dio vida a Nosferatu, Max Schreck, llevó a cabo un trabajo inmejorable, ya no solo estilístico sino también a nivel interpretativo. Tanto que se llegó a decir que era un vampiro de verdad y que filmó con Murnau con la condición que al terminar el rodaje pudiera morder el cuello de Greta Schröeder (la actriz de la película). Su interpretación a dado lugar a uno de los iconos más reconocidos de la historia del cine de terror y sólo apareciendo unos 10 minutos en total en pantalla.

Se cumplen este año 100 años del estreno de “Nosferatu” y es una ocasión única para recuperar esta película clave del expresionismo alemán, una obra maestra inigualable del cine de terror, que por muchos años que pasen jamás pierde su esencia.