2
noviembre
Título original: Tramp, Tramp, Tramp
Año: 1926
Duración: 62 min
País: Estados Unidos
Dirección: Harry Edwards
Guión: Frank Capra, Hal Conklin, Gerald C. Duffy, J. Frank Holliday, ver 4 más
Fotografía: Elgin Lessley, George Spear (B&W)
Reparto: Harry Langdon, Joan Crawford, Edwards Davis, Tom Murray, Alec B. Francis, Brooks Benedict, Carlton Griffin
Sinopsis:
Un desafortunado participante de una competencia de caminata a campo traviesa se enamora de la hija del patrocinador de la carrera.
RESEÑA DE LA PELÍCULA : » MARATHON MAN» (Rapaz)
Película dirigida en 1926 por Harry Edwards, con guion entre otros del propio Harry Langdon y Frank Capra. Aunque en estilo se desmarca claramente de los tres grandes cómicos de la época (Chaplin, Keaton y Lloyd), esta obra “rinde homenaje” a “Safety last!” de Harold Lloyd y a “La quimera del oro” de Chaplin.
Harry Langdon procede del vodevil y comienza en el cine en 1924, donde pronto consigue una gran popularidad creando un personaje inocente y bonachón con cara de “bebé de 40 años”.
Sus comienzos en la gran pantalla los hace bajo los auspicios del productor Mack Sennett en películas como “Aprendiz de todo, maestro de nada” (1924), “Toda una noche” (1924) o la que nos ocupa “Un sportman de ocasión” (1926).
El cómico gana gran popularidad y crea su propia productora (“The Harry Langdon corporation”), con la que llega a la cima de su prestigio a las órdenes como director de Frank Capra. De esa época son sus obras maestras “El hombre cañón” (1926) y “Sus primeros pantalones” (1927).
En un tiempo en el que la comicidad se medía en la velocidad del gag, Langdon crea un personaje con una cadencia parsimoniosa en unos planos de larga duración en los que dilataba el tiempo en beneficio de la exhibición de sus dotes de clown.
Es mítica en esta película la escena en la que contemplando una foto gigantesca de su amada (interpretada por una joven Joan Crawford), se da la vuelta y se encuentra con ella en persona, deleitándonos con una sucesión de gestos de asombro, pasmo y alegría (como un niño pequeño) que conforman un recital de pura pantomima genial.
El éxito de Langdon fue enorme, hasta el punto que se cree que ello se debe solamente a su talento. Despide a Capra como director y le sustituye. El fracaso de su primera película como actor y director “Three’s a crowd” (1927) coincide además con el estreno del primer film sonoro “El cantor de jazz” (1927) y esto marcará el comienzo de su declive.
Vamos a disfrutar en pantalla grande de esta película que marca la consolidación de un comediante, que se ganó un lugar sin duda entre los grandes de la “Edad de Oro” con ese personaje totalmente original por su estilo. ¡¡A reír!!