Teatro San Francisco
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AL FINAL DE LA ESCAPADA

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24

enero

Detalle:

Entrada: 4€


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Título original: À bout de souffle

Año: 1960

Duración: 89 min

País: Francia

Dirección: Jean-Luc Godard

Guión: Jean-Luc Godard. Historia: François Truffaut

Música: Martial Solal

Fotografía: Raoul Coutard (B&W)

Reparto: Jean-Paul Belmondo, Jean Seberg, Daniel Boulanger, Henri-Jacques Huet, Roger Hanin, Jean-Pierre Melville, Jean-Louis Richard, Claude Mansard, Jean-Luc Godard.

 

Sinopsis: Michel Poiccard (Jean-Paul Belmondo) es un ex-figurante de cine admirador de Bogart. Tras robar un coche en Marsella para ir a París, mata fortuitamente a un motorista de la policía. Sin remordimiento alguno por lo que acaba de hacer, prosigue el viaje. En París, tras robar dinero a una amiga, busca a Patricia (Jean Seberg), una joven burguesa americana, que aspira a ser escritora y vende el New York Herald Tribune por los Campos Elíseos; sueña también con matricularse en la Sorbona y escribir algún día en ese periódico. En Europa cree haber hallado la libertad que no conoció en América. Lo que Michel ignora es que la policía lo está buscando por la muerte del motorista.

 

RESEÑA DE LA PELÍCULA – RAPAZ

“Nouvelle Vague”

Película dirigida por el recientemente fallecido director Jean-Luc Godard en 1960.

Película perteneciente al movimiento cultural de la “Nouvelle Vague”, creado por un pequeño grupo de intelectuales que rompían con las tendencias clasicistas y abogaban por una mirada más personal como la que tenían directores tan dispares como Orson Welles, Jean-Pierre Melville, Alfred Hitchcock o Max Ophüls.

Las bases de esta corriente se fundamentan en tres películas: “Hiroshima mon amor” de Alain Resnais (1959), Los 400 golpes de François Truffaut (1959) y la película de la que tratamos.

La película desarrolla una historia con guion de Truffaut, con ayuda de Claude Chabrol, basado libremente en una noticia real.

Aunque en un principio nos parezca estar presenciando un “noir” de serie B, la película rompe con los roles del dúo protagonista. Lejos del hombre como figura dominante y la mujer como objeto del deseo, en este caso nos presenta a una mujer altiva, con ideas propias, culta, segura de sí misma e independiente y a un hombre con tintes machistas que sólo denotan su fragilidad moral.

Pero lo más destacado de la película es su aspecto técnico. Todas las producciones de la “Nouvelle Vague” se caracterizan por su bajo presupuesto. Esto se paliaba usando luz natural para iluminar tanto a los personajes como al fondo y también con el uso de la cámara en mano, sin perder la mirada del director en su milimétrica planificación.

Godard utilizó recursos rompedores, como los diálogos con los personajes mirando a cámara para hacer partícipe al espectador y un montaje a base de saltos de plano (jumpcuts), cortando la continuidad temporal para favorecer el ritmo de la narración. Esto nació de la necesidad de recortar metraje, y en lugar de quitar escenas o subtramas, el director quitaba lo que no era necesario del plano para entender la historia. De ahí viene el concepto cinematográfico llamado “jumpcuts”.

Godard mueve libremente la cámara por el plano para dirigirnos a detalles simbólicos relacionados con la historia, aunque para ello deje fuera de plano a los protagonistas (Jean Paul Belmondo y Jean Seberg). El guion está repleto de frases filosóficas y referencias tanto literarias como cinematográficas, dando mayor complejidad a la historia. Todo esto convierte a la película en un ensayo sobre valores sociales, relaciones sentimentales y divagaciones existenciales sobre lo absurda que es la vida.

Les invitamos a disfrutar de esta mítica película que, con sus innovadoras técnicas de montaje, nos muestra que el cine puede ir más allá de la pura linealidad narrativa. Una obra de imprescindible visión, pues se puede considerar el origen del cine moderno.

RAPAZ